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jueves, 2 de junio de 2011

A un paso de organizar la competencia de los puños

De la música al boxeo. Es el paso que pretende dar la comisión directiva del Club Deportivo, Social 8 de Marzo en los próximos días. La aventura de celebrar el aniversario de la creación del barrio con un festival musical, es algo tradicional cada tercer mes del año, en la cancha de fútbol, al costado de la avenida Forestal, considerado uno de los accesos principales al distrito de Alto Comedero.

Ahora, la comisión directiva proyecta realizar escenas de pugilato en un ring que será instalado, en la misma cancha. “Estamos organizando con la Municipalidad de la Capital el Campeonato de Box de los Barrios y será al aire libre y gratuito”, aseguro Celso Rodríguez, presidente del club. Están adelantadas las gestiones que cuentan con el apoyo del Hospital Snopek para organizar las peleas los días viernes a la noche. Se estima que comenzaría en los primeros días del mes de marzo.

La idea que circula de boca a boca por el barrio 8 de marzo ya despertó el interés de la juventud. “Tenemos nuestro representante, se llama Esteban Salazar que es de la categoría mosca”, sostuvo.

Este tipo de competencia deportiva, que está movilizando a la juventud del barrio, se realiza por primera vez en el distrito de Alto Comedero, que con sus más de veinte años de vida aún no tiene un complejo deportivo cubierto (quizás algún candidato podría proponerlo y hacerlo).

Festival

Cada 8 de marzo, el barrio que lleva ese nombre, celebra un año más de existencia. Con un festival musical da vida a las familias que viven por la zona. Esta vez, el festejo se realizó a fines del mes de marzo con la presentación del Grupo Delicia, Ideales, Frecuencia 08, entre otros. Todo comenzó con la parte protocolar del izamiento de la bandera y prosiguió con la participación de la Banda de Música de la Policía de la Provincia. En el acto, conducido por la locutora Melisa Palacios, participaron el Secretario de Planificación de la Municipalidad, Gustavo Muro, la subdirectora de la Delegación Municipal, Estela Flores, el subjefe de la Policía, Sergio Vilca y el prefecto de la Unidad Federal Nº 8, Adrián Silva.

Hubo reconocimientos para la médica Rosa Fernández del Hospital Snopek y Nemecia Morales, una vecina que “siempre colabora con el barrio”.

En carpeta, también, tienen otro proyecto. Se trata de organizar un espacio cultural una vez por semana para que los grupos musicales y de danzas puedan presentar sus trabajos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El flagelo de las adicciones - 1 parte -


Lo que ocultan los adolescentes cuando salen

Eran alrededor de las nueve y la llovizna era implacable en Alto Comedero. Los cuatro caminábamos por las calles con lodo. Nos dirigimos rápido al destino que tenían previsto. Al fin, me dijeron: “aquí bajemos”, señalando un conocido y transitado puente vehicular que une dos sectores. Con las manos nos ayudamos para descender dos o tres escalones cubiertos con una malla de alambre.

Si bien estábamos resguardados de la lluvia, no buscaban un refugio para protegerse de las gotas sino de las miradas indiscretas de los demás.

Estos tres adolescentes me habían permitido acompañarlos, aunque con cierto recelo porque no querían que se supiera lo que iban a hacer. Me hicieron prometer que no le contaría a sus familiares, el autoflagelo que cometerían sobre sus cuerpos, aún en proceso de desarrollo y crecimiento.

El primero fue Luis. Saco de entre sus ropas un paquete. Era una caja tetrabrick de vino al que le habían sacado las capas superiores, con un aspecto de bastante uso porque ya no estaba rígida como un cartón rígido sino flexible. Esta abierta en su parte superior como una bolsa, se la puso cubriendo la boca y respiraba con violencia. La bolsa se inflaba hasta su extremo casi reventaba pero luego el aspiraba todo el aire en busca de la euforia que le producía “jalar” (así llaman a esa acción).

Luis, el mayor vive con su madre y seis hermanos, todos de diferentes padres. Durante sus primeros años de vida estuvo sumido en la pobreza y, además, su madre sufre de alcoholismo crónico. A veces se lo veía pidiendo pan en las casas para tomar el mate con sus hermanos. Hoy cuenta con cierta gracia y malevolencia. Salía a “chorear” ropa a la feria o a saltar por los techos y paredes de los vecinos. Parecía que había tenido una niñez dura y dolorosa por su actitud frente a las situaciones cotidianas de la vida.

Ahora, bajo los efectos nocivos de un pegamento tenía visiones, perseguía a puñetazos a un ilusorio individuo diciéndole con palabras apenas entendibles, propio del efecto al cuál se habían sometido: Veni, vení… pelea.. sos un cagón de m…no te corras. También, decía ver a una mujer hermosa a la que intentaba abrazar, utilizando el vocativo “mamita”.

El segundo en tomar aquel “generador de ilusiones eufóricas” fue Guido, con una vida casi similar a Luis. El proviene de un hogar donde sus padres se separaron, durante su niñez. Su madre, antes y después de este matrimonio, tuvo hijos. Económicamente su familia vivía con la venta de pan en la feria o en su casa, lugar donde las personas hacían fila para comprar. Es muy bueno en la práctica deportiva, pero parece importarle poco cuando tiene la “bolsa” en la boca. Inmediatamente, luego de aspirarla parece sentirse contento. Está sentado, pero se mueve como si bailará, tarareando una cumbia, utilizando palabras como “hey, chan chan”. Después de esta primera reacción, empieza a manotear con la mano izquierda sobre su cabeza, como si quisiera espantar un molesto abejorro que lo acosa por la espalda, a lo que más tarde, me diría que veía una pajarito, que cantaba en la nunca y lo aturdía. También, decía ver a la mujer hermosa que Luis había visto y se unían juntos en los piropos y llamadas a la seductora mujer que ellos nada más veían.

Cuando llegó el momento de conocer al tercero, pensé que no debería haber venido. Parecía que se sentía cohibido por mi presencia, temía que se supiera su atroz verdad.

De los tres, el era el más educado. Si bien no vivía con su padre, su madre vivía preocupada por su educación. Salía con el uniforme del colegio religioso pulcro. Su niñez fue diferente, tuvo a sus tíos y abuelos como consejeros. Sin embargo participaba, como si encajara perfectamente en este grupo de jóvenes buscando emociones porque no podían llenar un vacío en su alma.

Raúl inhalaba muy despacio, aunque lo animaban, diciendo: “hasta el fondo”. Después, bajo la cabeza y la cubrió con sus brazos como queriendo ocultar sus demonios y sus dolores, quedándose inmóvil. Luego, me diría: “Yo así nomás reacciono, soy tranqui no me pongo a tontear”.

Esta escena se repitió varias veces durante quince minutos y luego, dijeron “vamos a apurar”. Salieron sobrios. Decían sentirse bien con ánimos de cualquier cosa: “vamos a apurar a alguien, nos agarremos a piñas y no me le cago a nada”, eran las frases más repetidas por las víctimas del pegamento.

Los nombres son ficticios para preservar a los menores.

martes, 1 de marzo de 2011

Un día retornaron las olimpiadas de verano



Como si nunca hubiese perdido su mística y, tampoco, hubiera sentido el paso del tiempo, las olimpiadas veraniegas retornaron con más fuerza. El polideportivo Marina Vilte del sector B 6 volvió a transformarse en el escenario central. Cada atardecer y noche (sin lluvia) se escuchaban los gritos de los niños, jóvenes y adultos. El silbato marcaba el inicio o final de cada competencia.

El 20 de enero de 2011 se comenzó a escribir una nueva página de las Olimpiadas de la Familia y la Amistad. Así llegó la edición décimo primera. Habían pasado seis años sin competencia, recuerda Fabiana Solange Navarro, presidente de la Asociación Civil, Social, Cultural y Deportiva “Pachas” y tradicional organizadores de una de las Olimpiadas históricas de Alto Comedero.

En sus primeros años de vida de la Asociación, supo concentrar a más de una decena de equipos porque era uno de los pocos organizadores de las tradicionales competencias deportivas y de juegos de salón del verano en Alto Comedero. El tiempo pasó y surgieron diferentes organizadores. En su retorno, “Pachas” logró convocar a la misma cantidad de equipos participantes de hace seis años: cinco conjuntos.

Osiris (B 6), El Alto (B 6), Nueva Era (B 5), El Profe (B2) y The Wolf (B 5), animaron cada jornada. Cada equipo estuvo conformado por 80 integrantes, entre niños, jóvenes y adultos.

Tradición

El popular “lobo” (Juan Navarro) animó cada noche con la música y la voz, los momentos iniciales y cruciales de cada disciplina tradicional como el básquet, voley, fútbol mixto y juegos de salón. No pudo faltar el play back, el sketch, el concurso de bandera y la elección de la chica del verano y del chico 10.

Los niños tuvieron sus juegos recreativos durante la tarde para entregar su mayor energía en la búsqueda de sumar puntos para su equipo. Los adultos buscaron sumar puntos en la maratón y en el patrio criollo, entre otras competencias que animaron cada noche del sector B 6.

Los ganadores

En toda competencia deportiva debe haber un ganador. The Wolf (Los lobos) del sector B 5 levantaron el trofeo del primer puesto con 1560 puntos que obtuvieron en más de 50 disciplinas deportivas y recreativas. Su triunfo fue bastante holgado porque el segundo obtuvo 1469 puntos. Ese lugar fue para el equipo de El Profe del sector B 2. Finalmente, el tercer puesto fue para un equipo local (del sector B 6), El Alto, con 1458 puntos.

Durante la ceremonia de proclamación de los ganadores y entrega de premios participaron autoridades comunales y concejales de la capital jujeña que apoyaron dicho encuentro.

Sin dudas, otra vez, se destaco la creatividad y la iniciativa de los participantes que brindaron toda su energía para que durante varios días, las familias de la zona tuvieran un momento de esparcimiento y diversión.