Dos hombres que estuvieron en la Guerra de Malvinas se
conocieron. Nunca habían conversado o escuchado al otro hablar de la
experiencia en la Armada Argentina. Ambos estuvieron en Destructores
diferentes. Hoy, viven en el mismo barrio que lleva el nombre de Puerto
Argentino (308 viviendas), a partir de la ordenanza municipal 6271 del año
2012.
Marco Lamas eligió formarse en la Escuela Mecánica de la
Armada (ESMA). “Me inicié en la carrera porque tenía como ejemplos a mis primos
que tenían un buen futuro y eran buenas personas sobre todo”, explicó el hombre
nacido en la ciudad de Humahuaca, el 25 de abril de 1955.
La historia de César Osvaldo Abán fue diferente. En el
sorteo para realizar el servicio militar obligatorio le tocó un número alto.
“En ese tiempo uno se entusiasmaba con hacer el servicio militar”, describe
cómo vivió ese momento, en su residencia en Abra Pampa, para luego viajar a
Buenos Aires “para conocer y aprender con toda la inocencia de los 18 años”.
César Abán y Marco Lamas. |
Entonces, Lamas tenía 26 años y Abán 18, cuando fueron
protagonistas de la guerra por Malvinas. “Salimos a realizar movimientos en el
mes de marzo en el Destructor Luis Piedrabuena por el Atlántico y entonces nos
enteramos que el 2 de abril, comenzó a flamear la bandera argentina en
Malvinas”, recordó Lamas sobre ese momento crucial que habían decidido sus
superiores para recuperar las Malvinas de la usurpación que hicieron los
ingleses hace 150 años. Tuvo que intervenir en el rescate de los tripulantes
del Crucero General Belgrano que fue atacado y hundido en la tarde del 2 de
mayo por torpedos disparados por el submarino nuclear británico Conqueror.
“Cuando nos incorporamos no nos informaron nada de la
guerra, directamente nos dieron el destino para salir a navegar, sin saber el
motivo”, describió Abán sobre el cerco informativo del combate bélico. “Ya
estábamos en altamar en el portaaviones cuanto me enteré que estábamos en
guerra con Gran Bretaña”, afirmó el oriundo de Abra Pampa, nacido el 12 de
septiembre de 1963, que había ingresado al servicio militar en febrero de 1982
y vivió la guerra en el Portaaviones ARA 25 de mayo. “Estuve en la zona de guerra,
pero nunca llegué a pisar el suelo malvinense”, dijo.
Los recuerdos de Marco Lamas. |
Ambos comparten una coincidencia. Viven en calles que
llevan los nombres de dos aviadores militares de la cuadrilla de aviones A-4B
de la Fuera Aérea Argentina que murieron en combate en Malvinas. Se trata de
los tenientes Nivoli e Ibarlucea, cuyos restos quedaron en el océano Atlántico.
Hoy, también, comparten el barrio denominado Puerto
Argentino. “Ojalá que se haga un
homenaje grande porque significa volver a los recuerdos y mantener firme de que
Malvinas fueron y serán argentinas”, afirmó Lamas sobre la elección del nombre
del lugar donde se desarrollaron los “combates más críticos y de mucho
sufrimiento”.
“Significa recordar a los camaradas y conscriptos que
fallecieron y para que se tenga siempre presente que las Malvinas son
argentinas, más allá de toda la pelea diplomática, y por supuesto que no vuelva
a suceder una guerra porque es lo peor que a uno le puede pasar”, finalizó
César Abán, que le demandó tiempo, al igual que Marco Lamas, para superar esos
días de 1982.