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viernes, 2 de octubre de 2009

EL TRADICIONAL PASAMANO, EL VALOR DE LA PALABRA

“No existe otra organización como está”, expresó emocionada Mirta, feriante e integrante de uno de los grupos de pasamanos. Esta tradición ancestral aún sigue vigente. Es una forma de ahorrar dinero poniendo en práctica los valores.
“La palabra es un documento entre nosotros”, remarcó Neli Almazán, presidente de la Cooperativa de Trabajo “Feriantes Paseo de Compras” de Alto Comedero Limitada, sobre uno de los valores que sostiene esta organización que nació hace 14 años.
Sin firmar ningún documento ni pagaré, los iniciadores comenzaron a dar los primeros pasos basados en la confianza y en la necesidad de progresar en su única fuente laboral: ser feriantes. “Esto me ayudó a incrementar la mercadería que vendo”, contó Alejandra que trabaja cada fin de semana en la Feria Copacabana que funciona en el sector B 6.
Estos testimonios fueron vertidos durante el desarrollo del 1º Encuentro Zonal de los Valores que organizó la Cooperativa, que se realizó el 17 de agosto en el predio de la Feria Copacabana.
El pasamano es una herramienta de ahorro que se utiliza hace varias décadas entre personas que están de acuerdo en entregar en forma semanal o mensual una suma de dinero (por ejemplo cien pesos), cuya recaudación será entregada a uno de los miembros del grupo constituido. De esa manera, respetando el turno (por sorteo), cada integrante tendrá su oportunidad de tener en su poder la sumatoria de los aportes semanales. Esa suma de dinero les permite comprar determinados productos que luego son vendidos en el local que posee en la Feria.
“Son tan importantes los valores, no sólo para ganar dinero, sino para vivir mejor entre nosotros”, sostuvo Neli al recordar el inicio como pasamanos: “éramos tres personas que empezamos a jugar para que crezca nuestro negocio”.
En la actualidad, la cooperativa está conformada por 32 grupos integrado cada uno por diez personas que en forma semanal aporta cien pesos al grupo para que uno de ellos se lleve la recaudación. “Son diez cuotas de devolución que se cumplen en dos meses y medio”, remarca y luego vuelve a comenzar la ronda. Uno de los miembros del grupo debe cumplir la misión de ser el organizador que asume la responsabilidad de que “todos cumplan con la palabra”.

El préstamo
Aproximadamente hace dos años, la cooperativa presentó un proyecto en la Comisión Nacional de Microcrédito para obtener nuevos recursos. “Nos dijeron que era un proyecto viable”, subrayó Almazán y recién este año vio concretada la iniciativa. “Nos permitió recibir 300 mil pesos que fueron distribuidos entre los grupos para que cada miembro reciba mil pesos que luego debe reintegrar en cuotas semanales de cien pesos, hasta completar el préstamo sin intereses”, afirmó.
“Nos permite acrecentar el negocio”, argumento con satisfacción la presidente de la cooperativa sobre el fundamento de solicitar dicho recurso y que, además, les permitió sentar el precedente de ser “el único pasamano del país que funciona con tanta credibilidad hace varios años”.
El valor de la palabra fue y es la base del funcionamiento de esta estructura que funciona hace varios años basada en la confianza y la responsabilidad de cada miembro. El préstamo les permitió “acrecentar el negocio” porque “si vamos al banco a pedir un préstamo, esto no sería realidad, porque nos solicitan diferentes requisitos”.
La organización de las personas a través del pasamano confirmo que “nosotros podemos hacer desde el valor de la palabra hecho un documento”, subrayó.

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