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domingo, 20 de septiembre de 2009

EL OFICIO DE TRABAJAR LA MADERA EN ALTO COMEDERO


ALTO COMEDERO (Jujuy) - "Hay gente con mucho talento”, resalto el maestro sobre los alumnos que pasaron y otros que están en el curso de carpintería. Teodoro Carlos Hualampa tiene a su cargo las clases teóricas y prácticas en las instalaciones del Centro de Participación Vecinal del sector B 6 y en la Delegación Municipal.
Teodoro contó que hace tres años comenzó a enseñar en el barrio Alto Comedero. “Me ofrecieron para enseñar en El Chingo, pero no quise porque aquí hace falta”, manifestó sobre la decisión que adoptó para seguir dictando clases en la Nueva Ciudad.
La década del noventa fue el período en el que comenzó a dar sus primeros pasos como carpintero, hasta que se animó a enseñar bajo su premisa de dar la posibilidad a los jóvenes. “Siempre que ocupo un muchacho le doy la posibilidad de que aprenda porque yo no trabajaré toda la vida, ahora todo depende de la voluntad que pongan porque no es difícil enseñar”, sostuvo.
Tres veces a la semana dicta clases. La teoría es desarrollada los días lunes en el CPV de B 6 y en la Delegación Municipal desarrolla la práctica los martes y miércoles. “Comencé en el CPV y en mi casa, donde tengo las máquinas”, recordó y luego agregó que el contador Sadir de la Municipalidad de la Capital le propuso que la práctica la realizará en el taller de carpintería de la Delegación Municipal porque había “maquinas disponibles que había conseguido el obispo de Jujuy y que sólo eran utilizadas durante la mañana por el personal municipal”.
A partir de este año, la parte práctica se comenzó a realizar en la sede municipal de Alto Comedero donde asisten 15 alumnos. A partir de los 14 años pueden registrar su inscripción para el curso que tiene una duración de diez meses y que comenzó en el mes de marzo.
Cada alumno debe llevar la madera para realizar la tarea de práctica. “Siempre les enseño primero a hacer sillas porque aprenden todas las técnicas necesarias para cualquier mueble”, explicó.

Los motivos

Cada alumno participa del curso de carpintería por diferentes motivos. “Siempre fui habilidoso con las manos para hacer cosas”, afirmo Gustavo Ruiz, joven que asiste con su padre a las tres clases semanales. “No me costo adaptarme porque es un oficio al que me puedo dedicar porque me cuesta estudiar”, reveló el muchacho que está cursando el nivel secundario.
“Me gustó hacer sillas y taburete”, afirmó Gustavo Ruiz que ya tuvo sus primeros pedidos: “una vecina me preguntó si le podía hacer una silla similar a la que había hecho, voy a ver que hago”.
Otro motivo. “Quise sumar un oficio más para hacer cosas pequeñas en la casa”, reveló Julián Jorge que tiene en su haber cursos de plomería y electricidad. “Esto me permitirá salir de apuros y, además, ahorrar dinero porque este tipo de trabajos salen caros”, manifestó.
Al curso también asisten mujeres. “No es habitual encontrar a una mujer trabajando en una carpintería, pero en realidad vine a aprender un nuevo oficio”, sostuvo Estela que se propuso hacer el curso para aprender “un poco más y para que nadie me engañe”, dijo.
“No me quiero dedicar a esto”, aseguro y precisó que su interés es “identificar los tipos de maderas y aprender a lustrar” para “no ser engañada por ningún carpintero”.
Cada uno tiene su motivo, su interés y su sueño de aprender un nuevo oficio para desenvolverse mejor en la sociedad o bien para generar una alternativa laboral.

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