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viernes, 18 de septiembre de 2009

LA AVENTURA DE DESCUBRIR UN NUEVO MUNDO EN UN LIBRO


ALTO COMEDERO (JUJUY) - “Aquí encuentro todo”, cuenta el estudiante secundario que a diario concurre a la Biblioteca Popular “Jorge Domingo Calvetti” en la búsqueda de libros para realizar las tareas escolares. Walter Jaime es uno de los 150 socios que contribuyen mensualmente con tres pesos para sostener la primera biblioteca popular que existe en el populoso Alto Comedero. “Antes teníamos 400 socios y en estos últimos años disminuyó la cantidad”, dice Susana Merubia que atiende durante la tarde a los usuarios y además cumple la función de tesorera en la comisión directiva. La merma de la cantidad de socios está relacionado directamente con el “auge de Internet”. Susana resalta que “siempre los chicos encuentran las respuestas que buscan en los libros que están en la biblioteca, aunque a veces no sea del autor sugerido por el profesor, la respuesta está”.
La institución que tiene 15 años de vida esta funcionando desde seis años en su sede propia, Campero 2021 de las 45 viviendas, que colinda con la parte posterior de la sede la Cooperativa Telefónica de Palpalá.
Más de 12 mil libros forman parte del inventario registrado merced a las diferentes donaciones y campañas realizadas en diferentes barrios capitalinos. La vida institucional comenzó cuando la actual presidente, Mónica Juárez, realizaba recorridos por los barrios con un carrito para ofrecer los libros de lectura y también para recibir donaciones. Antes de tener su casa propia, funciono en el barrio Chijra hasta que llegó a Alto Comedero.
“No recibimos ningún tipo de colaboración o subsidio, la biblioteca se sostiene con la venta de empanadas, rifas y el aporte de socios”, reseña Susana mientras cuenta que lo poco que recaudan les permite comprar los elementos de limpieza y realizar la encuadernación de algunos libros. “También hay que pagar la luz y el resto de los servicios”, agrega.
El esfuerzo permite que la institución realice la apertura de sus puertas de 8,30 a 12,30 y de 13,30 a 21 horas. Susana recuerda que antes brindaban la atención nocturna hasta las 23 horas pero tuvieron que modificar el horario por la seguridad del personal.
La mayoría de los que trabajan en el biblioteca forman parte de la comisión directiva y algunos son empleados estatales afectados a la institución. “Yo antes tenia un plan de jefa y jefe de hogar, hasta que mi hijo cumplió los 18 años”, cuenta Susana y agrega que ahora está “trabajando ad-honorem porque me gusta, me causa mucha alegría”. La mujer resalta que esta actividad “alivia su jornada de las preocupaciones que pueden suceder en la casa por ser desocupada”:Durante la entrevista, una joven recibe el llamado de atención por el vencimiento del plazo de préstamo de un libro. La adolescente subraya que “siempre viene a la biblioteca porque encuentra lo que busca”. Los socios tienen la posibilidad de la consulta fuera del local, abonando tres pesos mensuales. La persona que no es socia puede realizar la consulta gratuita en la biblioteca. Para ser socio deben presentar fotocopia del D.N.I. con la dirección actualizada porque “hubo casos que no devolvieron los libros y cuando íbamos a buscarlos no vivían en ese lugar”, sostiene.
En la sede también brindan los servicios de clase de apoyo al nivel primario, escuela de danzas folklóricas y un Bachillerato a Distancia avalado por la Coordinación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación.
A puro pulmón funciona la biblioteca que hasta ahora sigue aguardando una respuesta a la innumerable cantidad de notas de donaciones que presentaron a los diferentes candidatos de la elección pasada. No obstante, siguen con su firme tarea de brindar un libro de cuentos para el niño, un libro de formación para el joven y de lectura para el adulto.

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